EL MURO DE LAS SAHARITAS

"Saharitas" es un grupo de chicas maravillosas, grandes compañeras, de las que siempre recibí mucho apoyo, cariño y amistad.

Sahra Ardah

Unas me acompañaron por un tiempo breve en mi aventura, otras estuvieron conmigo desde los orígenes y siguen siendo parte de este sueño que es Sáhara. Por eso, sus nombres y pensamientos se merecen este pequeño espacio que les dedico con todo mi cariño.

Un beso enorme para todas.

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Vanja

Sahra Ardah es una bellísima persona, una gran trabajadora y luchadora, y se merece todo este éxito que le está llegando. Su enseñanza es con dedicación, con paciencia y amor.

«Saharitas» es un grupo de chicas maravillosas, grandes compañeras, de las que siempre recibí mucho apoyo, cariño y amistad.

Mi camino con Saharitas no ha sido largo, pero sí intenso, y fueron unos momentos maravillosos. Y aunque mi camino ha tenido que separarse, aún sigo recibiendo ese gran apoyo, cariño y amor.

Viendo que sus vidas artísticas siguen creciendo me alegra el corazón. Sahra y sus chicas tienen algo muy valioso: humildad y respeto a los demás, y con el amor y la fuerza que el amor da seguro que estarán en continuo creciendo.

María Azhar

Como enamorada de esta danza, durante años había soñado con pertenecer a una compañía de danza oriental. Y este sueño cumplido no me ha decepcionado en absoluto. La motivación inicial de bailar regularmente en espectáculos de calidad, aunque sigue estando ahí, ha pasado a un segundo plano. Sáhara es mucho más que todo eso. Sáhara es amistad, «buenrollismo» a raudales, compañerismo, diversión, aprendizaje continuo y, eso sí, trabajo duro.

Sáhara es una familia en la que todas tenemos un papel distinto y en la que todas somos importantes. Mamá-Sahra, como la llamamos cariñosamente, no sólo es un bailarina estupenda (eso a la vista está), sino que además es una genial coreógrafa, generosa maestra y una trabajadora infatigable. Esa ilusión con la que afronta los nuevos proyectos es contagiosa y todas las «saharitas» damos lo máximo para que Sáhara sea, día a día, un poquito más grande.

Nuria García

«Para mí, formar parte de Sáhara es una oportunidad que estaba totalmente fuera de mi imaginación hace unos años. Si alguien me hubiese dicho: «Vas a formar parte de una compañía», yo habría contestado: «Tú estás loco»… Y sin embargo, aquí estamos.

Individualmente, me ha servido y me sigue sirviendo, para mejorar como bailarina y plantearme nuevos retos, que como ya he dicho, eran impensables para mí. También me ha servido para aprender cómo es esto del espectáculo desde dentro, lo bueno y lo que no lo es tanto, y todo el esfuerzo que supone montar un show, por modesto que sea.

Como grupo, creo que todas hemos aprendido y compartimos el sentimiento de compañerismo, del esfuerzo, que lo importante es el trabajo en equipo y no las individualidades. Además tengo la suerte de tener unas compañeras maravillosas, somos una pequeña familia, reímos, lloramos, nos contamos nuestras penas y las alegrías, y encima bailamos juntas, que es lo que más nos gusta.

Como en todas las familias, también hemos tenido baches, pero siempre superados, y algunas pérdidas que se van quedando en el camino, pero todas tienen su huequecito en el corazón saharil… (Jijiji!)

Y qué decir de nuestra Sahra! Qué suerte encontrarte en mi camino y poder formar parte de tu sueño! Con tu buen trabajo, tu ilusión y tu santa paciencia estás consiguiendo que un grupo tan heterogéneo quede armonioso! Además de una fantástica bailarina, eres una gran jefa, y que seamos un grupo unido y queramos dar lo mejor de nosotras en el escenario, se debe en gran parte a ti, así que puedes sentirte orgullosa (bueno, y que nosotras somos muy majas también cuenta, jeje!)

Bueno, y no me quiero enrollar más. Que para mí es un placer estar en Sáhara, que espero poder disfrutar junto a todas vosotras ( y las que vengan nuevas) durante mucho tiempo.

Un beso enoooooorme.»

Noelia Aix

«Un día fui a un espectáculo de danza oriental en Alcalá de Henares y allí bailaban muchas chicas llenas de ilusión. Entre ellas estaba Sahra Ardah. Cuando la vi bailar pensé:  «Esta chica baila como los ángeles». Y no me equivoqué.

A los pocos meses era mi profesora de danza oriental. Al año de aprender con ella me dió la oportunidad de formar parte de su compañía «Sáhara» y ahora ya es mi tercer año bailando con la compañía Sáhara.

Tengo que reconocer que gracias a sus clases y la compañía me ha ayudado a tener una ilusión en algunos momentos difíciles y siempre siempre ahí está Sahra para subirnos el animo.

Quería agradecer a Sahra todo el esfuerzo que hace para enseñarnos tantas cosas, ayudarnos a crecer como personas y como bailarinas y sobre todo tengo que destacar su gran generosidad.

Desde aquí os invito a que conozcáis y probéis sus clases y sobre todo que vengáis a vernos bailar «Kadin», su gran ilusión.

Gracias Sahra por dedicarnos muchas horas de tu vida».

María Tovar

«Qué voy a decir que no sepas ya, jejeje. Que estoy muy muy contenta de pertenecer a la compañía y que siempre te estaré eternamente agradecida por darme la oportunidad de formar parte de ello.

Yo he aprendido que el trabajo en grupo,  la colaboración entre todas y la constancia da muchas satisfacciones y hace la fuerza (aunque a veces la gente no entienda ésta danza). También me ha ayudado a ser consciente de mis limitaciones y de lo que debo hacer para mejorarlo en el futuro. Que también debemos ser humildes pero que tampoco nos pisoteen.

Aunque ya conocía de antes a casi todas mis compis, estoy encantadísima e ilusionada de formar parte de esto con todas y de poder conocerlas más».

Marjani

«Lo que siempre tenemos en mente quienes bailamos es disfrutar del viaje más que del destino. Nuestra tarea principal es exprimir de este viaje todos los conocimientos posibles. Pero… que es lo que se aprende con las interminables horas de ensayo?

Aprendemos que el repetir hasta (casi) morir de cansancio lleva a la perfección SIEMPRE, a trabajar en equipo lidiando con diferencias de opiniones, que el éxito depende mucho del esfuerzo y que cada cuerpo tiene su propio tiempo (a veces distinto al que nosotros deseamos que tenga).

Aprendemos también que la danza es –por encima de todo- un encuentro con nosotras mismas. Los ensayos sirven como diálogo con nuestro cuerpo y es el momento en que descubrimos nuestras propias limitaciones y capacidad. Durante los ensayos luchamos con nuestros tabúes, miedos, inseguridades y poco a poco nos vamos transformando en esa figura mágica de odalisca que aparece con toda seguridad en el escenario! Sáhara en época de ensayos es ya un espectáculo digno de ver, sobre todo cuando se va acercando la fecha de Kadin, ya se pasó por el estreno, ahora se vienen nuestras primeras funciones.

El compañerismo, los chistes, algún llanto, desesperación y patatuses serán anécdotas realmente deliciosas de recordar que al final hacen parte de nuestro aprendizaje. Los que no forman parte de nuestro “círculo cercano” no nos conocen mucho aún, pero en nombre de Sáhara puedo afirmar que nuestro mayor esfuerzo se centrará en que estos viajes sean un suceso para regalar a todos nuestros espectadores un destino inolvidable».

 

Sahra Ardah

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